Hoy he tenido un día espléndido, sol, calor, playa y excursión a Formentor. No hay como aprovechar el tiempo en esta vida donde ves caer a los demás y te preguntas cuando te tocarà a ti. Esto son dos días, dicen, y hay que aprovecharlo y así he hecho.
La cuestión es que ha habido momentos para todo, pero uno me llamó la atención: en la barandilla del mirador hay una cadena, de unos pocos eslabones sólo, donde un par de parejas han colocado unos candados simbolizando su amor perpétuo y éste en especial muy bonito.
Nunca sabré quién es Jessica y René, pero seguro que tenían que estar muy enamorados cuando lo cerraron y tiraron la llave por el acantilado y deseo que sigan así durante todo el tiempo del mundo.
De momento, esperaré a poner mi candado en esa cadena pero espero que cuando lo haya hecho no se rompa y dure junto a este de aquí.
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