martes, 5 de junio de 2012

Una locura por Catherine



Con el rollo de las mudanzas pasa que cosas que no sabías donde estaban o que creías que habías perdido aparecen por arte de magia. Aun habiendo pasado más de un año todavía tengo cajas sin abrir de esa mudanza forzada. Rebuscando por alguna encontré esos álbumes donde se metían las fotos, cuando se todavía se revelaban, de cuando hice el servicio militar. Ojeando vi unas donde estaba con mis compañeros de mi reemplazo en la playa y luego salimos por la zona de zorreo en Magalluf.
En seguida me vino el recuerdo de la primera locura que hice por una chica. No fue amor, no dio tiempo a eso, pero fue algo que lo recuerdo con cariño porque me salió bien y digamos que la vida me dio una valiosa lección.
Tenía una foto de ella que desapareció misteriosamente, supongo que algún día la encontraré y quizá la ponga aquí y actualice esta foto... o quizá no.

Fue el verano de 1999, en la playa de Palmanova, era ya de noche y si no recuerdo mal había un concierto-fiesta de los 40 principales a pie de playa. Recuerdo que había mucha gente, la mayoría ingleses de los hoteles cercanos. Allí me fijé en una chica, era inglesa de pelo rubio, largo y lacio; alta, delgada y con unos ojos azules preciosos, no recuerdo como se llamaba así que la llamaré Catherine.
No sé realmente porque se fijó en mí, pero le sonreí y me devolvió la sonrisa. Ella se acercó con un "yuspitinglis" y le contesté que no. Como yo en esa época no entendía ni papa pues tuvimos que comunicarnos con signos y medias palabras pero, no sé cómo, nos entendimos.
Pasamos un buen rato bailando (intentándolo) y luego fuimos directos al cañón de espuma; como me gustaría volver a repetir una fiesta de espuma!
Lo pasamos genial y nos reímos mucho, nos hicimos una foto sonrientes, acabamos mojaditos y con espuma por todo.
Cuando acabó el concierto nos sentamos en la arena, bajo una sombrilla de esas hechas de esparto. Ya quedaba poca gente en la playa, seguramente se irían a las discos a terminar de alcoholizarse. Intentamos entendernos por señas de donde vivía, que hacía en Mallorca y esas cosas. Entendí que estaba de vacaciones con sus padres y vivían en la urbanización "El Toro" cerca de Santa Ponça. Ella tenía 17 años pero aparentaba algunos más que yo; en ese entonces yo tendría 20. Me dijo también que su padre la venía a buscar y si me apetecía quedar con ella el día siguiente allí mismo. Era la primera vez que iba a quedar con una chica así que aunque no la entendiera un carajo no iba a desaprovechar la oportunidad.
Un coche pitó a lo lejos y ella se levantó, nos despedimos con dos besos y la vi alejarse. Antes de entrar al coche se giró y me sonrió. Quedamos a las 4 en la parada del bus.

Hay personas que no les cuesta ver el interior de la gente, ven a alguien y saben al momento si vale la pena o no, creo que Catherine era una de ellas.

Esa noche no dormí mucho por los nervios y al día siguiente cogí el bus para subir a Palmanova. El problema es que se retrasó un poco y cuando llegué a la playa Catherine no estaba, llegué 15 minutos tarde.
Hacía un sol y un calor de espanto y me encontré sólo y sin saber que hacer; en esos tiempos empezaban a salir los móviles pero todavía no era algo común, por lo que todavía no tenía. (Que tiempos ...)
Estuve un rato pensando y me vino a la cabeza que ella estaba en El Toro ... era una locura ir hasta allí, no sabía la calle, ¿iba a ir puerta a puerta preguntando por ella?
Ya se me ocurriría algo una vez allí, pero estaba dispuesto a pedirle disculpas por llegar tarde, era lo único que quería; no pensé en ningún momento que no la encontraría, me fui andando hasta El Toro seguro de que la vería de nuevo.

Ahí empezó mi caminata, llevaba un mapa encima, de esos que te los dan en información al turista así que intenté ir bordeando la costa, pero llegó un punto que no pude seguir, así que me puse a cruzar un descampado y tirar por la carretera. Pasé por donde estaba el Aquapark y "El Dorado" (ahora Western Park), cogí una rotonda y seguí las indicaciones hasta que llegué a la carretera principal. Caminé y caminé con ese sol y me paré, ya llegando, cerca de una parada de autobús a descansar. Llevaba cerca de dos horas caminando sin parar ni un segundo, perdiéndome y tomando caminos equivocados, así que lo merecía. Me senté en el suelo y bebí agua de la botella que me compré en algún sitio; en ese momento ya no tenía tan claro encontrarla y pensé en coger ese autobús que se pararía a 3 metros de mi para llevarme a casa.

Entonces alcé la vista, venía un coche de alta gama, un Mercedes seguramente, negro, grande, y al pasar la vi. Estaba sentada en la parte de atrás del mercedes y cuando nos cruzamos nuestras miradas se encontraron, me levanté lentamente mientras se alejaba y de repente el coche frenó y se paró en el arcén. Me acerqué y Catherine salió del coche con cara de incredulidad, su cara preguntaba si era yo el que estaba allí. Le expliqué que el bus llegó tarde y que me perdonara, no quería que pensara que la dejé plantada, no recuerdo que me dijo ella, no recuerdo mucho más tampoco. Sé que nos despedimos, me dio dos besos, se metió en el coche de nuevo y esa fue la última vez que la vi.

Un vez me preguntaron, en una de esas conversaciones de besugos, que si pudiese elegir un poder, uno solo, que con cual me quedaría. Me gustaría poder viajar en el tiempo, como hacía Hiro Nakamura en "Heroes". Sería maravilloso revivir muchos momentos pasados que ahora no recuerdo con claridad. Sería maravilloso viajar a aquel día y decirle a Catherine que 13 años más tarde todavía me acordaría de ella y de mi pequeña aventura, que no la olvidaría porque me enseñó que podemos conseguir lo que queramos si ponemos en ello el cien por cien de nosotros.

Que lo que hizo que encontrara a Catherine no fue Dios, ni el destino, ni Cupido, ni la suerte: fui yo.

- Actualización 19/06/2012:
        Encontré la foto. :)

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