viernes, 23 de diciembre de 2011

El perro del vecino


Nunca lo ví, no sé que raza es ni si quiera si es grande o pequeño. Sé que está ahí porque llora, aulla como un lobo y forma extraños sonidos, graves y agudos. Un llanto agónico, lastimero. 
Cada mañana cuando lo dejan solo se llena de pena y se hace oir, vaya si se hace oir. No es que me moleste, al contrario, me da mucha lástima, porque sé como se siente.
Me gustaría tranquilizarlo y decirle que en unas horas sus amos estarán de vuelta y podrá chuparles la cara y recibirá sus palmadas en el lomo o le rescarán detrás de las orejas. Y si son buenos amos le diran: "Nos vamos?" y le pegarán el paseito del mediodía. No hay nada más agradecido que un perro, aún cuando no nos portamos del todo bien con él siempre estará ahí. Quizá tenga algo de perro, siempre me he llevado bien con ellos y a veces los entiendo mejor que a las personas, es posible que en otra vida fuera uno. Dicen que todos los perros se entienden, me entenderá el perro del vecino el día que se lo explique?

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